KISS JUDIT

KISS JUDIT

Cuando el Parlamento está de fiesta,  en vez de ser Czardas de Monti, se convierte en Broadway con su dulce y su salsoul lujoso. Vacilando donde el príncipe, ahí las luces del chandelier entre las siluetas exquisitas de la olivácea, de la sevillana, estimulan mi sorbo de vino de reyes. Pero las curvas de seda de Judit,  de ella, me hacen dar angustia del mañana por alguien que me consienta. Mi aceite favorito es junto al Danubio. Quiero lecciones de hustle, Manhattan Skyline y saber los pasos ya para liberarme con su danza maghreb, su canto infantil, sus hagymányok, como el Hungaroton, donde retoñó Teri, retoñó Zsuzsa, las chicas que dieron las luces pastel en las llanuras ocultas a Europa, antes que en la ciudad de pan camino a China. Así tal cual de minifalda cuando éramos hermosos, molestándola en la zenebolt. La deseo con el deseo gitano de los antepasados de Liszt, Brahms, Reményi, aunque sea para recibir el nuevo año y decir "Szia" “Boldig új évet”, "Skeretlek", "Adj egy csókot kiss nök", kiss on my list, aquel kiss virág.