LA COPA DE LA VIDA

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LA COPA DE LA VIDA

A Leo le gusta cuando hay San Fermín, jugar después del colegio en Mercaderes, el Chandrío, Dragon Ball, las películas de Marvel, ocupar su asiento de socio joven en el Sadar cuado juega Osasuna. Este martes no ve la hora de ver el gran encuentro por la semi de Copa del Rey, poseído por el mensaje positivo, ¨mindfulness¨, mediático de Jagoba  Arrasate, el de la ilusión, los anhelos, y los guerreros tomándose por asalto la Catedral y estar en la historia más deseada de superación con un final feliz.

Yo no puedo participar de su ilusión porque mi fijación es otra. Me gustan más los clásicos de la literatura, vengo de comprar un estuche de la mejor bollería de Bilbao, Carolinas, Pastel de Arroz, chocolates, un dije de Harrotxu con sus acabados, esmaltados en oro y rubí, y una gran Ikurriña con la heráldica del Athletic Club. Aquello después de gozar por caminar por Pozas hasta San Mamés, ver las fotos de los cinco grandes en el tocador, cantar como se cantó la final de Copa del 73’.

Mientras el mundo futbolero se postra ante el Osasuna 2023', los nenes de Arrasate; Nacho Vidal, Chimy, Budimir, el mundialista Abde Ezzaizouli, su aventura de la temporada, envalentonado por su campaña, tumbar al Sevilla en cuartos de final, soñar con Europa, ser el pequeño David, el niño del “Querer es poder”, mientras eso, por mí no puedo describir mi fetiche por el Athletic vasco inglés francés, como el caminante sello rojo y blanco, su gracia al desfilar con su singularidad, y mi estado de confianza perpetua en un club insuperable, sin rival. Todo partido del Athletic es una historia nueva para contar de cómo competir, ser excelente, rendir en el examen. Este martes el Athletic presenta el examen de la temporada y más que siempre, irá por el oro como los grandes por siempre. 

Si los rojillos ilusionados de Arrasate quieren contar la historia, es menester vencer a los de Valverde, ese equipo austero, casi artesanal, de la nueva camada, de los hijos de la tierra, practicando el fútbol más vistoso de la Liga. Es menester entender La Catedral, la mística, la tradición. Todavía siento el dulce de las historias de Urkizu, “Chocolate” Aguirre, y el gol de Julen Guerrero en aquel 4 a 3 en la vieja Catedral. Si el bueno, de la ilusión triunfa al final, éste no existe sin el antagonista que luce su mejor gala, y también triunfa al final. Mientras el mundo hace fuerza visceral por el bueno, para mí es lo más seductor el abyecto. Osasuna valiente, no dejes de luchar, bienvenido a La Catedral, a vez quién cantará el "Irrintzi", quién llegará primero a La Cartuja.