Bryan el rockero

 

Hola. Aqui escuchando a Bryan Adams después del concierto de Viena y terminando mis críticas de cine. Cual Jay Sherman yo soy ácido también. Mis títulos hoy: “La sociedad de los idiotas en el fin del mundo”, “No más películas animadas de propaganda turística de choque”, “Curaduría con conciencia y valores en el contexto del cambio de milenio”. Pero lo más conmovedora, más que la historia de la música de garage que acerca a la pequeña Beverly a sus raíces, es el rock canadiense, artesanal, de culto en el año del cataclismo de Orwell. Yo como crítico quiero salirme del “box” de todo aquello que sabemos desde siempre. Bryan tiene que ver conmigo y con mis recuerdos. Es mi música de fondo de ver Festival de Robots jugar en el potrero encharcado después de mi desayuno con proteínas, vitaminas, hierro cero calorías. Es mi hora de practicar cuerdas en playera al aire con mis rizos blondos al sol en Kingston, Lisboa, Sydney. Cual Sibelius, Nanae, Chador, Bryan es orgánico, auténtico, sin afán, uno con la naturaleza. Yo le compro su rock fidedigno, de época, paisajes, historias, sin hacer propaganda. El “Reckless” es diáfano, duro, rebelde, y armoniosamente sano, incluyente. Es mi sobremesa en leather denim zapatillas después de atender el excitante concierto de Viena después de la pandemia con mis felicitaciones también. al maestro Daniel Barenboim. Yo también puedo crear algo en forma de collage, Aquel verano en busca de alguien fui y corrí hacia ti, escapé al cielo, es solo amor. Es el sonido  de la diva, la muñeca, los niños, los que no dejaron en la playlist de rock. En el 2022 cualquiera copia y pega una lista de música de YouTube en la plataforma de música digital y ya es curador de arte. Yo no tengo contactos, networking y no tendré poder de opinión; pero el “Reckless” me incluye, me hace retornar al mundo abierto, me da la palabra, el discurso para curar creativamente, ser único, salar el universo. Desde hace mucho ahora escucho música clásica, porteña, africana, tibetana, aquella marginada, intocable, incurable. Bryan con “Reckless”, con el maestro Baremboin convocan a la insurgencia contra la sociedad de los idiotas y los curadores. Los clásicos se vuelven incurables.